¿Ya he dicho antes que en mi pueblo no hay cines?
Llegó a haber cuatro, aunque estoy hablando de memoria: memoria de quien por las noches veía medias pelis por una de las hojas abiertas de la puerta de uno de éllos, desde el otro lado de la calle…
Era el cine de verano conocido localmente como «Canina» (no sé si era un mote o el apellido de alguno de los propietarios) y no creo que hubiera ningún chico del barrio que no lo hiciera (chicas éramos muy poquitas). Me acuerdo de ver cine dentro de ese local al aire libre; del suelo con una capa de cáscaras de pipa que constituiría una capa arqueológica de 20 m. de potencia, donde se encontrarían vasos de plástico y botellas de cocacola antiguas y muchas cáscaras de pipa. En verano, las pipas de girasol eran el entretenimiento de todos los ribereños en los 60 y 70.
En el solar se construyeron viviendas y un triste parquecillo, y al lado, un cine nuevo… que duró pocos años. Recuerdo haber ido a ver en éste una de los filmes de «La Guerra de las Galaxias» y haber salido de allí con la sensación de desilusión que tienen las cosas tardías. Los niños también salían cariacontecidos… a lo mejor, sospechaban el cierre.
Luego abrieron unos en c/Almansa. Chao pescao, hoy es el gran Mercadona del pueblo.
Hubo otro cine en Aranjuez, en la afamosa C/ Stuart, arteria comercial del pueblo. Se llamaba Cine Aranjuez, creo que el edificio es de principios del s. XX y su fachada sigue teniendo unas cristaleras modernistas que dan alegría y color al triste resíduo… pues está cerrado a cal y canto, me parece que desde principios de los años 2000, ¡échale guindas…!
Hubo en los 70 otro cine de verano en la Carretera de Andalucía. También hoy es un solar. Está a la venta, pero como si quieres arroz, Catalina.
Finalmente, estaba el famoso Gran Teatro donde se rodó parte de la estupenda «Las cosas del querer» y creo que alguna otra… pero me parece que antes del rodaje ya estaba en ruinitas. Las obras de restauración duraron oficialmente desde 1995 hasta 2014. En el enlace, veréis la larga historia del edificio.
Actualmente es Teatro Real Carlos III y se dedica a lo que debe ser: teatro, con una oferta que no está nada mal y que contempla la comedia o el drama modernos (muy guapa una comedia romántica de Máximo Huerta, sí por entonces Ministro de algo…); clásicos del Siglo de Oro o adaptaciones de los mísmos; conciertos, generalmente pop, jazz, clásicos, de músicos locales o forasteros muy buenos, así como teatro infantil, que obviamente no veo.
Además tiene una sala de exposiciones chulísima, donde SEO birdlife-grupo local de Aranjuez organizó la exposición y entrega de premios de un concurso nacional de fotografía de aves que fue todo un éxito 😉
En fin, es un sitio al que acudo muchas veces cuando hay algo que me «suena bien». Al menos una vez al mes, con amigos o sola.
Además de todo, había veranos en los que un cine ambulante proyectaba films en las paredes de alguna fachada que hoy ya no existe, y una bendita iniciativa que tuvo (¿el Ayuntamiento?) de programar cine al aire libre durante días de verano en la Plaza de Toros, iniciativa que no sé si sigue en pie.
¡Ah! También hubo una Cinemateca que exhibía pelis en formato V.O. en el Centro Cultural Isabel de Farnesio, hasta el año de la pandemia, mñé… En la sala, se suelen hacer otras actividades, algunas veces con componente cinematográfico, del que nos beneficiamos muchos aficionados, como un festival de cortos locales o la proyección con acompañamiento de Director y explicaciones, de «El río que nos lleva», cuyo final se rodó aquí.
Éstas actividades son más restringidas, pues normalmente hay que solicitar la sala por parte de los interesados en la exhibición… mñé!
Me gusta mucho el cine, ya lo sabéis. Prefiero el de historias bien contadas, en vez de géneros escogidos. «Django Desencadenado» (lo último que he visto) me pareció una excelente narración y un guión muy bien hecho. Pero generalmente me acerco al cine clásico o a rarezas sorprendentes, por ej. las de dibujos animados (¡no siempre infantiles!), como ésta que he visto hace poco y que recomiendo, por ser pura delicia de monigotillos y banda sonora, sin palabras… y española.
Es triste tener que recurrir a plataformas para ver algo que merezca la pena, pero en los sitios sin cine, no hay más remedio que recurrir…